CUANDO LA PATRIA PELIGRA DESAPARECEN LOS PARTIDOS
El Carlismo ante la crisis de Ultramar
Sinopsis
El carlismo se forjó como respuesta legitimista a la crisis política del Antiguo Régimen y el consecuente pleito en la sucesión a la Corona, pero muchos de sus partidarios y detractores venían de tener un notable protagonismo en el ciclo revolucionario anterior de la secesión de los Virreinatos en la América continental. Pese a ser un movimiento político preminentemente peninsular, el carlismo tuvo una notable incidencia sobre las últimas posesiones ultramarinas. Estas jugaron un papel estratégico, tanto en la financiación de los ejércitos gubernamentales como por ser un punto de conscripción de los presos carlistas en todas las guerras. La coincidencia de la tercera guerra carlista con la primera guerra de Cuba supuso un importante flujo de combatientes entre ambos frentes. Asimismo, en franca oposición a las reformas que el liberalismo pretendía implantar, y las crisis derivadas de esos cambios políticos, el carlismo respondió defendiendo la excepcionalidad de los poderes de los capitanes generales —uno de los últimos actos de soberanía sobre América de la segunda restauración fernandina— para posteriormente ofrecer su alternativa en torno a los grandes temas que signaron el siglo XIX en las colonias: esclavitud, autonomía, papel de las órdenes religiosas, moralización administrativa o despliegue del Ejército. Aspectos que en determinados momentos alcanzaron un papel preponderante en su propaganda y publicística, en torno a la insistente consigna de que sólo triunfo del carlismo aseguraría la conservación del Ultramar español.