Sinopsis
Vamos a asomarnos desde este vértice a un retablo de maravillas. Vamos a ver en él pulular, hormiguear, muy diversas y humanas figuras. Las conocemos bien: son nuestros paisanos; nos los cruzamos a diario por la calle, los vemos en un abrir y cerrar de ojos al pasar desde la ventanilla del autobús, convivimos con ellos con paciencia o con alivio en el trabajo y en el ocio. A veces nos asombran o nos horrorizan en los noticiarios. El colega rampante, la belleza deseada e inalcanzable, el agredido perplejo, el vecino suspicaz y curioso, el indignado por la vejación ajena… Son la gente, sin más. Pero aquí, a la luz de estas reveladoras candilejas, parecen otros, se muestran con distinto relieve: son más ellos. Cobran una entidad que había que descubrir y mostrar. Y la altura del Vértice geodésico la desvela con humor, con fina observación, varia inventiva, ingenio y gracia.