Sinopsis
El clorpirifós (CPF) (O,O-dietilfosforotioato-O-[3, 5,                 6-tricloro-2-piridilo]) es uno de los compuestos organofosforados      (OFs) más empleado como insecticida en la agricultura intensiva en     Europa y América de Sur (Casida y Quistad, 2004; Pope, 1999; Ray y     Richards, 2001; Savolainen, 2001). Actualmente sabemos que si bien la  exposición a CPF no genera Síndrome colinérgico agudo incluso a dosis  altas (Richardson, 1995), ni da lugar a una toxicidad clínica          manifiesta, su administración afecta la función cerebral e induce      alteraciones conductuales, emocionales y cognitivas importantes que    aparecen demoradas en el tiempo, incluso tras la exposición a una      única dosis o la exposición a dosis crónicas subclínicas (Bushnell et  al., 1993, 2001; Cardona et al., 2006, 2010; López-Crespo et al.,      2007, 2009; Pope et al., 1992; SánchezAmate et al., 2001, 2002;        Sánchez-Santed et al., 2004). Además, datos experimentales y           epidemiológicos preliminares muestran que la exposición aguda,         intermitente o continua a compuestos OFs genera un incremento en la    sensibilidad hacia bebidas con contenido alcohólico (Spiegelberg,      1961; Tabershaw y Cooper, 1966), lo cual sugiere la existencia de una  potencial interacción neurobiológica entre los sistemas diana de los   compuestos OFs y aquellos que modulan el consumo de alcohol. 
    En este sentido nuestros datos han mostrado que la exposición a una    única dosis alta de CPF genera, 8 semanas post-intoxicación (cuando la  actividad de la enzima acetilcolinesterasa (AChE) se encuentra        prácticamente recuperada), una reducción significativa en el consumo   voluntario de alcohol en concentraciones bajas (8%), que no está       acompañada de alteraciones metabólicas de alcohol, alteraciones        sensorio-gustativas, potenciación del efecto hipotérmico del CPF o     incremento de la capacidad aversiva interoceptiva del alcohol          (Carvajal et al., 2007). Aunque sí se observa un incremento en las     propiedades sedativas del alcohol como consecuencia de la              administración del CPF. Además, esta misma dosis no induce 8 semanas   post-intoxicación, alteraciones significativas en la actividad neural  basal del sistema cerebral de procesamiento de tóxicos descritas       previamente a las 24 h post intoxicación (Carvajal et al., 2005),      medidas a través de la cuantificación de la expresión regional de      e-tos. Asimismo, no aparecen pruebas moleculares de que el CPF         potencie a largo plazo las respuestas de dicho sistema a la            administración i.p. de alcohol. Sin embargo, hemos constatado una      actividad neural basal significativamente reducida en el núcleo        arqueado del hipotálamo en sujetos intoxicados con CPF 8 semanas antes  (Carvajal et aL, 2011 a under review). Por otro lado, el impacto que  el CPF tiene sobre el consumo de alcohol es dependiente de la          experiencia previa de los organismos expuestos al propio alcohol. Así,  mientras que sujetos sin experiencia previa de alcohol expuestos a    CPF generaron un rechazo significativo del consumo del mismo (Carvajal  et aL, 2007), los sujetos con una historia previa de 3 semanas de     consumo de alcohol a dosis bajas, mostraron un incremento              significativo del consumo de alcohol a largo plazo, a concentraciones  moderadas/altas (15% y 20%). 
                                    En resumen, la presente Tesis Doctoral ha presentado una serie de      estudios con una doble aproximación conductual y molecular, que        demuestran que la exposición a CPF induce alteraciones a corto y largo  plazo en conductas de consumo de alcohol que son dependientes de la   ventana temporal seleccionada para la evaluación experimental y de la  experiencia previa en el consumo de alcohol. De igual manera, hasta la  fecha este es el primer estudio que demuestra, a través de un modelo  animal, que la exposición a una única dosis de CPF provoca una         reducción a corto y largo plazo en el consumo de alcohol; así como un  incremento de las propiedades sedativas del alcohol. Asimismo, el      empleo de correlatos moleculares mediante la expresión regional        cerebral de e-tos, nos ha permitido aportar datos novedosos que        sugieren la contribución del sistema de procesamiento de alerta        fisiológica, del núcleo troncoencefálico Edinger-Westphal y del núcleo  arqueado del hipotálamo en los efectos del CPF sobre el consumo de    alcohol. Estos datos moleculares avalan la existencia de un curso      temporal en los efectos del CPF sobre diferentes dianas                neurobiológicas. Basándonos en ambos conjuntos de resultados, hemos    propuesto que los efectos el CPF sobre el consumo de alcohol podrían   deberse a la actuación del OF sobre diferentes sistemas                neuroanatómicos con un curso temporal muy específico, que se expresa   conductualmente como alteración de diversas funciones a lo largo de    diferentes ventanas temporales. Así, los resultados obtenidos en la    presente tesis doctoral pueden ofrecer una nueva perspectiva al nuevo,  pero no por ello poco prometedor, campo científico que intenta aunar  el estudio de las ciencias ambientales, la toxicologia y la            investigación sobre las drogas de abuso