Sinopsis
En un mundo atravesado por el multilingüismo, la movilidad y la homogeneización cultural, las lenguas especialmente aquellas en situación de vulnerabilidad se enfrentan a desafíos complejos que involucran identidad, poder y pertenencia. Este libro aborda, desde un enfoque heterogéneo y multidisciplinar, los conflictos lingüísticos y educativos que emergen en contextos diversos, analizando las ideologías, actitudes y estrategias que moldean el uso y la enseñanza de las lenguas. A través de estudios empíricos y reflexiones teóricas, se exploran también las dinámicas familiares, la formación docente y el papel activo de la infancia en los procesos comunicativos.
Una obra rigurosa que invita a repensar la diversidad lingüística como un valor esencial para una sociedad más justa, inclusiva y sostenible.