Sinopsis
No hay hormigas en la Antártida. María Castrejón escribió este rotundo poemario durante su encierro, que duró dos años y medio, producido por problemas de índole de salud mental, tema que ya trató y visibilizó en su libro anterior La inutilidad de los miércoles. Este espacio de aislamiento y dolor es su “antártida”. Aquí se vuelven, de nuevo, a identificar rasgos del Trastorno Límite de la Personalidad, que la autora padece. El sentimiento de vacío o el miedo al abandono, en este caso, se convierten en protagonistas; su hijo decidió marcharse del hogar a una temprana edad. La “antártida” es todo eso. Las hormigas son las personas que habitan el afuera y la asustan, por eso se encierra en un lugar en el que no existen; en la Antártida no hay hormigas. La autora hace un estudio profundo sobre ese lugar para usar como metáforas sus características. Este es un poemario donde ni el hielo consigue enfriar el duro trance del miedo y la soledad.