Sinopsis
Niebla. Campanas a lo lejos. Un reloj marca la medianoche. En un salón  victoriano, iluminado por el fuego de la chimenea y el destello tenue  de las lámparas de gas, alguien carraspea, toma un sorbo de oporto y  comienza a contar una historia. Una historia de fantasmas.
       Pocos autores como Charles Dickens supieron capturar el temblor que    provoca lo sobrenatural cuando irrumpe en lo cotidiano. En estos       cuentos desfilan espectros atormentados, apariciones entre la niebla,  viajeros que encuentran más de lo que buscaban y presencias que se     materializan donde menos se las espera. Una galería de sombras que     surge, siempre, al anochecer. Porque para Dickens no hay Navidad, ni   invierno, ni tertulia perfecta, sin un buen relato de fantasmas. Aquí  están los mejores: historias que estremecen, que despiertan esa mezcla  de inquietud y placer que solo puede producir el sonido de unos pasos  donde no hay nadie, un golpe seco en una puerta cerrada o una figura  que se desvanece cuando giramos la cabeza. Para leer al anochecer es   un compendio magistral del Dickens más espectral y escalofriante. El   Dickens que conocía como nadie el arte de ponernos los pelos de punta  mientras nos hace sonreír. El Dickens de las casas en penumbra, de los  pasos en la niebla y de las presencias que nunca descansan.
     CRÍTICA
                                                          «Los personajes de Dickens son más reales y más interesantes que       cualquier persona del mundo real.» ?Colm Toibín
                  «Los fantasmas de Dickens forman parte sobre todo del presente, son    seres que encarnan historias morales y de redención, que nos avisan    sobre lo que va a ocurrir o incluso, como en el relato "Juicio por     asesinato", que ayudan a arreglar el presente, son seres de ese mundo  en constante y urgente cambio en el que se forjó su literatura.»       ?Guillermo Altares, El País
                                      «Dickens presenta una Inglaterra en la que los vivos no tienen más     remedio que compartir espacio con los muertos. Y el sueño victoriano   se hizo pesadilla.» ?Pablo Bujalance, El Diario de Sevilla
       «Una auténtica delicia para los entusiastas del más inglés de los      narradores ingleses.» ?Alfonso González, La Opinión de Tenerife