Sinopsis
Al hablar del Padre podemos resaltar muchos conceptos, pero yo he escogido, entre otros, el del amor, ya que Dios es amor, es decir, tiene un corazón bueno. Dios es amor, o mejor, Dios es amar. A los padres les corresponde la tarea de educar a sus hijos en el amor a Dios y al prójimo. Es un compromiso que se debe realizar en las cosas pequeñas de cada día y aparentemente intrascendentes. Es bueno tener en cuenta que «todos y cada uno de nosotros somos ángeles con una sola ala y únicamente podemos volar abrazándonos los unos a los otros» (Luciano de Crescenzo).