Sinopsis
«¡¿Un cómic sobre Miguel de Unamuno?!» exclamarán algunos. «Ya era hora», diría yo más bien. En Francia y en otros países se habrían hecho a estas alturas decenas de novelas gráficas con su vida y sus obras. Pero en España debemos de ser demasiado pacatos, por no usar otros calificativos, y hemos tardado muchas décadas en convertirlo en personaje de una película, de una novela o de un cómic, por no recordar que apenas hay adaptaciones de sus obras al cine o la televisión. No es mi objetivo ahora tratar de averiguar las razones de esta carencia, de este desajuste, de este tremendo dislate; doctores tiene la historia de la cultura y la sociología que lo harán mejor que yo. De momento, debemos alegrarnos de que Unamuno circule ya en viñetas, en imágenes en movimiento y en relatos de ficción. El más célebre escritor de origen vasco siempre me ha parecido un gran personaje. De hecho, yo diría que la obra más importante de Miguel de Unamuno fue la creación de sí mismo, su conversión en personaje imperecedero y en un icono muy reconocible (del Prólogo de Luis García Jambrina)