Sinopsis
Como una de las secuelas actuales de la histórica Embajada Keicho que,  enviada por Date Masamune y liderada por el samurái Hasekura          Tsunenaga, arribó en las orillas del Guadalquivir en octubre de 1614,  una sorprendente abundancia de apellidos Japón aparecía entre los      ciudadanos de Coria del Río, el lugar donde se produjo tal desembarco.  Pese a esta aparente evidencia, un largo periodo de mutuos            desconocimientos, -entre los japoneses y los Japones-, se ha extendido  durante casi cuatrocientos años. Un conjunto de acciones              convergentes, en gran medida azarosos, vinieron a quebrarlo a partir   de la segunda mitad de los años ochenta del pasado siglo, arrojando    luz donde hasta entonces sólo reinó la sombra de una ignorancia        recíproca. 
                                                      A partir de ese instante, una intensa corriente de relaciones entre    los japoneses, atraídos por esta nueva voz de su pasado, y los Japones  de Coria del Río, que les recibían en su pueblo con la común alegría  de sentirse partes y prolongación de esa aventura histórica que nos    unió en el siglo XVII, brotó en Coria del Río, donde la -presencia     japonesa- se ha consolidado como una nueva seña de identidad de sus    gentes y de su cultura.
                                          El libro de Juan Manuel Suárez Japón reconstruye esta singular         experiencia humana, que se alarga ya más de treinta años, con hitos    reseñables como la memoria imperecedera de quien fuera uno de sus      impulsores Virginio Carvajal Japón, o la estatua del histórico samurái  Hasekura Tsunenaga perfilada sobre las aguas del Guadalquivir         coriano, junto a la que el 14 de junio de 2013 vino el Príncipe        Naruhito para plantar el -sakura-, el árbol que atestiguará para       siempre nuestra relación histórica y nuestra amistad.