Sinopsis
Esta obra reúne los retratos de diez grandes testigos de la fe en medio de la persecución en Europa oriental: desde obispos clandestinos (posteriormente serán cardenales), hasta sacerdotes, religiosos y laicos. Todos ellos están basados en las conversaciones que el autor sostuvo con estos perseguidos. Los testimonios aquí recogidos contribuyen a un descubrimiento fascinante: no hay dos tipos de cristianos, unos destinados a las pruebas, los padecimientos e incluso a la muerte violenta, y otros, a una vida en la que ser cristiano equivale a ser a un club o una asociación. Ser cristiano es igual de exigente en todos los lugares, y tan fantástico que siempre merece la pena seguir a Jesús. En este tiempo, en la que dar testimonio de la fe resulta cada vez más complicado, el mensaje de estos testigos resulta esperanzador. Como señala Didier Rance: «Conocer a estos grandes testigos de la fe ha sido una de las mayores bendiciones de mi vida, y es objeto de una gratitud constante, hacia ellos y hacia Dios, que ha sido capaz de suscitar semejantes hombres y mujeres en nuestro tiempo. Compartir esa gratitud es el único objetivo de este libro».